domingo, 27 de noviembre de 2011

ADVIENTO: UNA NUEVA OPORTUNIDAD PARA DEJAR NACER A DIOS EN NUESTRO CORAZÓN

Adviento es un período para abrir los ojos, volver a centrarse, prestar atención, tomar conciencia de la presencia de Dios en el mundo y en nuestras vidas.
¡Alégrense porque el Señor está cerca!
Adviento! Tiempo para preparar el corazón.


¡Dime qué esperas y te diré quién eres!
Durante este tiempo de deseo y de espera del Señor, se nos invita a rezar y a profundizar en la Palabra de Dios, pero estamos llamados ante todo a convertirnos en reflejo de la luz de Cristo, que en realidad es el mismo Cristo. De todas formas, todos sabemos lo difícil que es reflejar la luz de Cristo, especialmente cuando hemos perdido nuestras ilusiones, cuando nos hemos acostumbrado a una vida sin luz y ya no esperamos más que la mediocridad y el vacío. Adviento nos recuerda que tenemos que estar listos para encontrar al Señor en todo momento de nuestra vida. Como un despertador despierta a su propietario, Adviento despierta a los cristianos que corren el riesgo de dormirse en la vida diaria.




La corona de Adviento
 Los cristianos, para prepararnos a la venida de nuestra LUZ y VIDA, la Natividad del Señor, preparamos una "Corona de adviento" como medio para esperar a Cristo y rogarle infunda en nuestras almas su luz.

Primera Semana: LA LUZ DE LA MIRADA
Encenderemos la primera vela, la luz de la Mirada. Jesús, queremos pedirte que nos enseñes a mirar como tú lo haces.... mirar a la realidad, a nuestros compañeros, a nuestra familia, a la naturaleza...
Queremos en este tiempo de preparación a la Navidad, aprender a mirar como Tú... y que sobre todo que a lo largo de este semana nos ayudes a cuidar esta actitud....para ser capaces de mirar con cariño, con ternura, con agradecimiento, descubriendo en todas las personas todo lo bueno que ellas tienen.



La luz de las velas simboliza la luz de Cristo que desde pequeños buscamos y que nos permite ver, tanto el mundo como nuestro interior. Cuatro domingos antes de la Navidad se prende la primera vela. Cada domingo se enciende una vela más. El hecho de irlas prendiendo poco a poco nos recuerda como conforme se acerca la luz las tinieblas se van disipando, de la misma forma que conforme se acerca la llegada de Jesucristo que es luz para nuestra vida se debe ir esfumando el reinado del pecado sobre la tierra. La luz de la vela blanca o del cirio que se enciende durante la Noche Buena nos recuerda que Cristo es la Luz del mundo. El brillo de la luz de esa vela blanca en Navidad nos recuerda como en la plenitud de los tiempos se cumple el "Advenimiento del Señor".

Hay diferentes modelos de Corona de Adviento. Lo más importante es su significado.

El círculo de follaje verde, recuerda la eternidad de Dios y nos hace pensar en los miles de años de espera del Mesías, desde Adán hasta su nacimiento y, en la actual espera de la segunda venida de Cristo. El color verde significa la esperanza de la vida.

Las cuatro velas que se colocan alrededor, significan la luz que disipan las tinieblas del pecado,  pueden ser tres de color morado, que hablan del deseo de conversión y una rosa que habla de la alegría vivida con María, por la inminente llegada de Jesús. Como también pueden ser una de color morado que significa el tiempo de vigilia y deseo de conversión; una de color verde significando la esperanza de la llegada del Salvador; una de color rosa que habla de la alegría por la inminente llegada de Jesús y una de color blanca significando la paz que el Niño Jsús nos trae.

 Primer domingo de Adviento
Encendemos, Señor, esta luz en este primer domingo de Adviento,
para mantenernos despiertos  y en pie, como centinelas atentos ,
ante el Hijo del  Hombre que viene, el Futuro glorioso que nos aguarda,
a  despertar nuestra débil y adormilada esperanza.
Despiértanos, Señor, para avistar a los desesperados de la vida,
para poder ver a los que sólo esperan cosas menores que ellos mismos,
para  entrever a los que no tienen o perdieron la ilusión en Ti
para divisar  a los que tienen su futuro cargado de dudas e increencia…
Señor, para que en nuestro entorno seamos testigos claros de tu luz
y motivos creíbles de esperanza,
¡Marana tha, ven, Señor, Jesús!

Con la Virgen María nosotros estamos en vigilante espera del Salvador que va a llegar.

Adviento: vida nueva que despierta.


ADVIENTO: una nueva oportunidad para dejar nacer a
Dios en nuestro corazón que se abre como una flor en plena primavera.


¡Ven, Señor, Jesús!
Nuestro corazón se abre para recibirte.

 CORRESPONDENCIA CON DIOS
A) C arta a Dios
Querido Dios:
Te escribo desde el planeta Tierra. Estoy oyendo que vas a venir, que es Adviento, y se me ha ocurrido ponerte unas líneas para informarte sobre el lío en que te vas a meter. Tú verás lo que haces. Me perdonarás si acentúo un poco las tintas negras…
Lo primero de todo es preguntarte por qué vienes, quién te ha pedido que vengas…. No creo que haya salido de los humanos esta idea. Si es cosa tuya, te admiro. Debes estar muy admirado de nosotros.
Oye, saber que alguien se acuerda de nosotros tanto es como para sorprenderse… De paso, se te agradece la idea… Ya sé que para el amor no hay razones, para el amor la única razón es el amor. Yo no digo que no haya gente que te espera y suspira por ti, pero son los menos. No te creas que te vas a encontrar con muchos esperadores. Aquí, Dios, tú interesas poco. Has pasado a segundo lugar, mejor, estás pasado de moda. Se puede vivir sin ti y no pasa nada. ¿Para qué tener un compromiso con Dios si se puede vivir sin Dios tan ricamente? Dicen que creer en ti es ser un poco trasnochado.
La gente de la Tierra no te necesita, lo que necesita es trabajo, dinero, salud, pasarlo lo mejor posible, subir un poco más, tener un poco más. Con este panorama, ¿qué vas a hacer entre nosotros? ¿Qué musiquilla celestial nos vas a tocar? Estamos en otra onda. Imagino que te vas a llevar un chasco si vienes.
Bueno, y no te cuento los líos que tenemos montados de conflictos, de guerras, de olvidos de la gente pobre… Es cierto que hay personas que están muy sensibilizadas y
trabajan lo que pueden y dan todo lo que tienen por ayudar a los más desfavorecidos. Hay más millones que lo pasan mal que bien.
Como opinión particular, no logro comprender cómo unos humanos juegan y explotan tanto a otros. El bolsillo y el placer de unos hace a otros esclavos, pobres y juguetes. No entiendo, por eso muchas veces decimos ¡Pero dónde vamos a llegar!
He exagerado un poco, pero que conste que es verdad todo lo que te digo. Y, en el fondo, el corazón de los humanos sigue vacío, buscando, insaciable…
Tenemos tanto que hacer, que lo esencial, ser personas y querernos, no lo hacemos. Vamos muy acelerados y no nos damos tiempo para aprender a amar, ni para saber esperar y perdonar. Bueno, supongo que en algún sitio encontrarás gente que te acogerán bien, junto a la mula y el buey. Donde hay riqueza tendrás menos sitio porque allí no te necesitan. Donde no hay, te harán un hueco en seguida… ¡Cosas de este planeta!
Nada más, que conste que me alegro de que vengas. Tendremos que mirar menos al cielo si tú estás en la tierra, aunque no sé si te reconoceré. ¿Cómo sé yo dónde vas a estar, si vas a dar conferencias y a que hora? Si no nos dices con claridad estas cosas, no vas a tener mucho público. No sabes la cantidad de cosas que se anuncian, nos sobran y pasamos de ellas. Espero que enciendas alguna estrellita para seguirla y poder encontrarte, pues en el fondo tengo ganas de ti y de encontrarte, aunque lo disimule… ¡Anda, guíñame el ojo, que te necesito, aunque no lo grite muy alto!
Un abrazo para ti y toda la familia celestial,
Un hombre

B) C ARTA DE DIOS AL HOMBRE
Querido hombre:
Esto del correo electrónico es un invento buenísimo que hasta lo hemos instalado en el cielo. El sistema es especial y no dependemos de vuestras multinacionales. ¡Eternidad de planes económicos! ¡Una gran ventaja!
Gracias por el panorama que me presentas. Es un tanto pesimista pero dices verdades. Yo sí que sé dónde están los que esperan de verdad. Suele ser siempre gente sencilla que no ha perdido la cabeza ni se le han embotado los ojos por el resplandor de la ambición. No te preocupes: conozco dónde están los que me esperan. Iré a los sencillos.
Otra cosilla: no es que haya decidido “visitar” la Tierra. Lo que he decidido es hacerme hombre y vivir con vosotros para hablaros al corazón. Un pequeño matiz: no voy de visita, voy para estar con vosotros y para que escuchéis las palabras que no se os ocurren a vosotros. Llevo en el corazón las palabras de mi Padre y os la anunciaré.
Tenéis que tener en cuenta que no voy a la tierra porque seáis buenas personas, sino para que seáis buenas personas…, claro, el que quiera.
El clamor de los que sufren, las heridas de los heridos, los gemidos de los explotados, las lágrimas de los niños llegan hasta el cielo. Tú no lo sabes, pero muchos que se las dan de felices son unos pobres infelices. Ya te digo que desde aquí se ven las cosas de otra manera. ¡Si supieras lo que hablan los corazones cuando calla el ruido y llega el silencio! Es cierto que el corazón de los humanos, de no usarlo o usarlo mal, se hace corazón de piedra. Pero yo confío: no está todo perdido. El amor despedaza las piedras. Merece la pena cualquier cosa por ablandar el corazón de los hombres y mujeres del planeta
Tierra. Yo me propongo dejar todo y abajarme, con tal de que una de las cien
ovejas perdidas vuelva a la majada…
Sé muy bien querido hombre, que no voy a recoger frutos. Voy a sembrar
palabras de vida, de amor, de contradicción… Germinarán sólo si caen en
buena tierra… Lo importante es que tengáis semilla de vida y de novedad para
hacer una tierra nueva y un cielo en la tierra… Te preocupa no reconocerme.
Te aseguro que nos toparemos: la señal es que voy revestido de persona. Donde veas una persona, escucha y trátala como me tratarías… Te aseguro que nos encontraremos. Te sorprenderé y te hablaré en silencio al corazón.
Hasta pronto: en cualquier lugar o persona, te esperaré…
EL DIOS VERDADERO.

(Autor desconocido)

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