martes, 26 de julio de 2011

DÍA DE LA AMISTAD

La fecha de 23 de julio en Bolivia celebramos el Día de la Amistad.
Una oportunidad para pensar, en nuestras amistades, rezar por nuestros amigos y amigas, agradecer la hermosa experiencia de amistad que tasnto nos hace crecer como personas, nos fortalece, anima, alegra... y llena de entusiasmos nuestro corazón.

Momento para acercarnos más al GRANDE AMIGO JESÚS y renovar nuestra "trato de amistad" con Él.


En la experiencia de amistad con el Amigo Jesús nuestro corazón pulsa al compás de lo suyo y sentimos el amor incondicional del Corazón divino contagiando nuestro corazón a veces tan pobre de amor.

En comunidad celebramos el Día de la Amistad con la revelación de la "amiga secreta", que una semana antes habíamos sacado en sorteo. 



 La primera a revelar fue Hna. Cristina que propuso una forma dificil de advinanza a las hermanas...
Como nadie pudo adivinar, tuvo que decirnos que su amiga secreta es Hna. Eva María, y lo hizo ofreciéndole un regalo..
 Luego, Hna. Eva, de forma muy creativa reveló su amiga... Hna. Angélica, y le ofreció su regalo. 
 Siguiendo Hna. Angélica, sin necesitar demasiados tintes, hizo saber que su amiga secreta es la Hna. Sonia, ofreciéndole su regalo secreto...
 Después, Sonia, con jovial creatividad, hizo la revelación de su amiga: la Hna. Clarice. El momento de la entrega de su regalo fue tan emocionante... que la foto falló. 
Siguiendo, fue la vez de Hna. Clarice, quien despistó a las hermanas con indicaciones que imposibilitaron la adivinanza. Su amiga es la Hna. Cristina que recibe su regalo de Hna. Clarice. 
 Y por fin quedaban dos Hermanas que ya no necesitaron de adivinar. El secreto estaba revelado. Hna. María José y Hna. Silvia, amiga secreta la una de la otra. Un abrazo fraternal y cambio de regalos.
Fue un momento comunitario muy lindo y emocionante. El regalo diario que nos debemos mutuamente es la oración, la ayuda mutua, el respeto, la caridad fraterna...
 Santa Teresa nos dice: "Aquí todas han de ser amigas, todas se han de amar, ayudar..."

Los mejores amigos son como las estrellas, aunque no siempre se ven, sabes que están ahí.
Si realmente sabes lo que es la amistad, habrás perdido el corazón...
por qué se lo habrás entregado a los demás.

EL ÁRBOL DE LOS AMIGOS
Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices
por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino.
Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar,
mas otras apenas vemos entre un paso y otro.
A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.

Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos.
El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá,
que nos muestra lo que es la vida.
Después vienen los amigos hermanos,
con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros.
Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.

Mas el destino nos presenta a otros amigos,
los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino.
A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón.
Son sinceros, son verdaderos.
Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz.

Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón
y entonces es llamado un amigo enamorado.
Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios, saltos a nuestros pies.
Mas también hay de aquellos amigos por un tiempo,
tal vez unas vacaciones o unos días o unas horas.
Ellos acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro,
durante el tiempo que estamos cerca.

Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes,
aquellos que están en la punta de las ramas
y que cuando el viento sopla siempre aparecen entre una hoja y otra.
El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas,
algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones.
Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca,
alimentando nuestra raíz con alegría.
Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.

Te deseo, hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad.
Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única.
Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros.

Habrá los que se llevarán mucho,
pero no habrán de los que no nos dejarán nada.
Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida
y la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad.


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