En los días 19 y 20 de agosto de 2012 visitó fraternalmente a nuestra comunidad el Definidor General Fr. Marcos Juchem. Él vino como un hermano mayor y amigo para orientarnos y animarnos en nuestro camino hacia una más profunda vida fraterna y comunión con Dios, para ser testigos hoy de la presencia de Dios en medio del mundo y mensajeras fidedignas del amor de Dios hacia toda la humanidad, como lo fue Santa Teresa de Jesús.
Fr. Marcos Juchem Junior OCD
Momento precioso en que compartimos la Palabra y la Persona de Jesucristo en la Eucaristía.
En la capilla interna del Convento, Fr. Marcos imparte la bendición a la comunidad.
El domingo, 19 de agosto, Fr. Marcos presidió la Eucaristía en el Templo Santa Teresa.
En la homilía Fr. Marcos invitaba a la comunidad a alimentarse del Cuerpo y Sangre de Jesucristo entregado por amor y para la salvación eterna de todos los que desean ser salvados, según nos relataba el evangelio de ese domingo.
El momento más grande y sublime de la celebración: la consagración.
La asamblea unida suplica al Padre Dios que nos conceda a cada día el Pan vivo, Cuerpo y Sangre de Jesucristo, alimento de salvación y de vida eterna.
Ese mismo día, después de la celebración eucarística, como familia carmelitana festejamos el cumpleaños de Fr. Marcos, su vida entregada con amor y dedicación sin límites por el bien de nuestra Orden.
Fr. Marcos hace sus pedidos especiales y ... sopla la velita.
Con sencillez de hermano y la alegría expresada en su sonrisa, abre el regalo que la comunidad le ofrece en gesto de gratitud.
Y no podría ser diferente... el cumpleañero parte y reparte la torta, gesto que significa su vida entregada, partida y repartida gratuitamente entre los hermanos y hermanas.
Con el P. Paco, Fr. Marcos preside la Eucaristía de despedida, en la mañana de martes, 21 de agosto.
Los rayos de luz, la Luz divina que fecunda nuestra celebración, nuestra oración, nuestras vidas consagradas...
Fr. Marcos deja su mensaje en el libro de visitas de la comunidad.
Somos familia, hermanos y hermanas unidos fraternalmente en un mismo carisma, en una misma espiritualidad, en una misma misión en la Iglesia.
Gracias, Fr. Marcos, por tu visita tan amable, por tu mensaje y por el entusiasmo y esperanza que fortaleciste en nuestros corazones.
hola muchísimas bendiciones desde mi blog
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