El día a día de la Carmelita está salpicado de alegría, de compromiso, servicio, entrega, aprendizaje, oración…
En el cuidado y cultivo de las flores...
que adornan el jardín, el ambiente conventual...
con hermosos colores y agradables perfumes,
y sirven para adornar el altar del Señor, el espacio de oración de la comunidad.
El cuidado que dedicamos al espacio donde vivimos revela el cuidado, el orden, la belleza del corazón consagrado al Señor y que busca en todo su divina Presencia, ofreciéndole a Él lo mejor.
Las plantas devuelven generosamente en colores y hermosura el cuidado y cariño que reciben...
y nos hacen pensar en nuestras actitudes de respuesta, devolución generosa, servicio, gratitud... al Señor y a cuantos nos favorecen, regalan sus cuidados... ¿Qué tal somos nosotros?...
RECREACIÓN
Santa Teresa, al realizar su obra de refundación del Carmelo, "propuso un espíritu de generosidad en la observancia y de cordialidad en la vida fraterna, para hacer alegre la convivencia, cual familia de Dios; promovió la dignidad de la persona humana, la amistad entre las hermanas y la comunión entre los diversos monasterios".
Ésta propuesta de Santa Teresa nosotras la hacemos realidad colaborándonos las unas a las otras en los trabajos, en los oficios de la casa, en la oración recíproca, en los momentos de recreación que tenemos dos veces al día.
En nuestras recreaciones además de compartir la vida, muchas veces aprovechamos para hacer trabajos manuales mientras conversamos.
Bordados, planchados de ropas, confección de rosarios, grochet, etc.
Bailar, disfrasarse, cantar, reír...
algún jueguito... son parte de la recreación en los Carmelos.
Todo lo que nos ayuda a vivir la fraternidad y hacer alegre la convivencia.
La música es un elemento integrante de la formación carmelitana.
De enorme importancia ya sea en la Liturgia, en las fiestas, en la recreación...
Por ello también dedicamos tiempo para el aprendizaje y cultivo de diferentes instrumentos musicales.
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