El P. Camilo Maccise, Prepósito General de la Orden de los Carmelitas Descalzos durante los sexenios 1991-1997 y 1997-2003, ha fallecido el día 16 de marzo, a los 75 años de edad en la casa provincial de la provincia de San Alberto de México, como consecuencia de un cáncer de colon que padecía desde hace más de un año.
Con hondo dolor hemos recibido la noticia del fallecimiento de nuestro Superior, Hermano, sabio consejero y gran amigo, P. Camilo Maccise.
Con hondo dolor hemos recibido la noticia del fallecimiento de nuestro Superior, Hermano, sabio consejero y gran amigo, P. Camilo Maccise.
Él fue una luz fuerte que brilló e iluminó en el mundo, la Iglesia, el Carmelo. Tantas veces lo han querido hacer que se apagara, pero no se apagó, porque su llama viva se alimentaba en el fuego del Espíritu Santo.
"Camilo sabía demasiado, conocía los entresijos del poder… y por eso resultaba difícil atacarle, o condenarlo".
"Acaba de dejarnos el hombre que sonrió en todos los continentes y llevó ánimo a los desalentados por el sistema. Llevaba consigo una felicidad paradójica. Sonreía y hacía sonreír a pesar de la tela de araña que lo acosaba. Cuando salía de sus silencios, era una delicia escuchar sus relatos, y oírle decir sin tapujos la verdad de aquello que ocurría. No tenía fijaciones. Dijo la verdad, fue testigo de la verdad y nunca pactó con la hipocresía".
"Su sonrisa contagiosa y su corazón de amigo fiel transmitían paz, serenidad y ánimo para no echarse para atrás. Su buen humor hacía fácil lo difícil, digerible lo indigerible".
"Era un gran creyente. Hablaba con Dios. Siempre amanecía en la presencia de Dios. Le apasionaba la Palabra, siempre fuego ardiente en su corazón. Hizo de ella su espada, la fuente de su teología, de su espiritualidad. Su teología nacía de la Palabra. Por eso era sencilla, popular, accesible". (En la foto Fr. Marcos Juchen ocd presenta al P. Camilo a los participantes en el Congreso Carmelitano realizado en Londrina, PR, Brasil)
"Camilo Maccise soñaba con una vida religiosa profética y disfrutaba de ella allí donde la alternativa profética se hacía valer. Su sensibilidad le llevó a proteger cualquier despunte profético en cualquier lugar de la tierra, en cualquier espacio eclesial. Por donde iba, llevaba consigo la causa de los más pobres, de los desfavorecidos, de los oprimidos. Su presencia nunca desentonaba de ellos y ellas". (En la foto P. Camilo habla sobre el tema de la Vida Religiosa a partir del Documento de Aparecida en el Congreso realizado en Londrina, PR, Brasil)
Hombre siempre abierto al diálogo. "Un hombre tan ocupado y tan disponible. Todo lo hacía fácil, compatible. Nunca faltó a una cita.Y además, siempre encontraba tiempo para disfrutar con los amigos de una pizza, de conversaciones intrascendentes".
"Camilo tenía una visión transcontinental de la realidad: América, Asia, Africa, Europa, Oceanía formaban parte de sus referencias y vivencias. Pensaba en masculino y femenino. Su identidad compleja (teñida de raíces libanesas, mejicanas, católicas, latinoamericanas) le convirtió fácilmente en mediador entre las diferencias. Decía que quienes no se han abierto a otras culturas, a otras lenguas, poco a poco se vuelven fundamentalistas de las ideas gestadas en su propio y estrecho mundo".
Gracias, Dios de la Vida, por nos haber regalado el P. Camilo! Ahora a Ti se lo devolvemos, agradecidos y llenos de esperanza, porque él siempre quiso hacer nacer, renacer y fortalecer la esperanza en nuestros corazones.
¡Gracias, querido P. Camilo Maccise! Que goces para siempre de la Presencia del Dios Amor que siempre buscaste en esta vida y a Quien llevaste tantos corazones.
En nuestra comunidad del Carmelo San José de Potosí, Bolivia, la ciudad más alta del mundo, tu presencia sigue viva en el recuerdo de nuestros corazones, en el recuerdo y vivencia de tus enseñanzas, orientaciones y consejos, en charlas tuyas que tenemos grabadas y que con frecuencia volvemos a escuchar, en la fraternidad que nos une para siempre en la familia del Carmelo Teresiano. Oramos por ti. Ora por todos los que todavía seguimos caminando hacia la Casa del Padre Dios donde nos has precedido.
(Los textos entre comillas son palabras del P. José Cristo Rey García Paredes, cmf)
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